Espejos Mágicos:
Haciendo que la atmósfera desaparezca
¿Alguna vez te has preguntado por qué las estrellas “titilan”? Es la atmósfera de la Tierra que causa la turbulencia y distorsiona la luz de las estrellas. La óptica adaptativa contrarresta el efecto de distorsión natural. El Telescopio Magallanes Gigante tiene siete espejos secundarios adaptativos, que utilizan la tecnología óptica más avanzada que se haya podido crear. Un logro de la ingeniería cercano a “hacer magia”. Estos espejos mágicos, suspendidos en la parte superior del telescopio, recolectan reflejos de luz distorsionada provenientes de los espejos primarios y la “limpian”, deformando su superficie 2.000 veces por segundo, para luego enviar un haz de luz concentrado a los instrumentos científicos del telescopio.
Superficie deformable
La superficie del espejo secundario adaptativo puede deformarse 2.000 veces por segundo, utilizando los sensores de onda más avanzados del mundo y algoritmos para corregir el efecto distorsionador de la atmósfera de la Tierra.
Pequeña y delgada
Los espejos secundarios adaptativos son una superficie de Zerodur® similar al vidrio que es flexible gracias a que sus 1,05 metros de diámetro tienen 2 milímetros de grosor.
Impulsado por imanes
Para controlar la forma del espejo secundario adaptativo, se pegan 675 imanes a la parte de atrás del espejo, los cuales son empujados o atraídos por actuadores electromagnéticos.
Metrología interna
Los 150 micrones (grosor de tres cabellos humanos) que separan la superficie del espejo y su montura forman un sensor capacitivo que permite medir sus alineaciones y ajustar la superficie del espejo para que adapte la luz que capta.
Alineación sintonizada
Cada uno de los espejos secundarios adaptativos está alineado y emparejado con uno de los gigantescos espejos primarios y es el responsable de recibir (y corregir) la luz distorsionada reflejada por su espejo primario.