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The universe awaits
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El resultado es un telescopio óptico infrarrojo de la categoría de 30 metros, extremadamente grande y segmentado, que usa como base para el diseño de sus espejos primarios gigantes la experiencia acumulada por los Telescopios Magallanes, el Large Binocular Telescope y el Multiple Mirror Telescope.

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Coordenadas
29°02'54.0"S   70°41'01.0"W -29.048333,   -70.683611

Chile: Nuestra Ventana al Universo

El Telescopio Magallanes Gigante actualmente se encuentra en construcción en la cumbre del cerro Las Campanas, en el extremo sur del desierto de Atacama en Chile, el desierto no-polar más seco del mundo. La cumbre se encuentra dentro del Observatorio Las Campanas (LCO), cerca de los Telescopios Magallanes, aproximadamente 160 kilómetros al noreste de la ciudad costera de La Serena. Desde esta vista privilegiada al cielo del hemisferio sur, el Telescopio Magallanes Gigante será uno de los ojos más poderosos del mundo hacia el centro de la Vía Láctea y millones de años luz más allá. Prepárate para las imágenes más nítidas y detalladas que se hayan obtenido del universo.
2.514 M
DE ALTITUD
300+ NOCHES
DESPEJADAS
A 160 KM DE LUCES
DE LA CIUDAD

Ciencia al máximo

El desierto de Atacama en Chile es uno de los mejores lugares del planeta para explorar el espacio. Es un auténtico paraíso para los astrónomos por su gran altitud, sus cielos despejados, sus noches oscuras y su atmósfera estable. Por estas razones, la Carnegie Science, uno de los fundadores del Telescopio Magallanes Gigante, eligió el desierto de Atacama para instalar su reconocido Observatorio Las Campanas (LCO). El valor científico de este lugar está respaldado por cinco décadas de uso activo de telescopios, proporcionando excelentes condiciones para que los astrónomos capten los detalles más finos y obtengan excelentes datos de los objetos celestes más débiles.


El Telescopio Magallanes Gigante se beneficiará de la ubicación remota de LCO, lejos de la contaminación lumínica, y de la delgada atmósfera sobre el cerro Las Campanas, el punto más alto de LCO a 2.514 metros sobre el nivel del mar. En la cumbre, el telescopio tendrá una calidad de imagen prácticamente insuperable. La mediana de calidad de imagen es de 0,63 segundos de arco a 5000 Å, con el mejor cuartil bajo 0,50 segundos de arco. Las pocas precipitaciones y el bajo nivel de vapor de agua mejoran la sensibilidad del telescopio en las longitudes de onda infrarrojas, ofreciendo condiciones insuperables para la observación en infrarrojo en más de 300 noches al año.
El Telescopio Magallanes Gigante será capaz de coordinar esfuerzos científicos con telescopios terrestres y espaciales que observan en varias longitudes de onda, contribuyendo a consolidar a Chile como la ubicación ideal para observaciones astronómicas sinérgicas y descubrimientos de alto impacto.

El Observatorio

Condiciones de excelencia para observar el universo

Humedad en el aire
La humedad en el aire absorbe la luz y puede formar nubes, obstruyendo la visión del telescopio hacia el universo, por lo que las áreas secas y sin nubes son mejores para la calidad óptica.
Turbulencia óptica
La atmósfera de la Tierra crea turbulencia óptica, causando imágenes borrosas. Ubicaciones a gran altura y atmósferas más estables son ideales para una mejor calidad de la imagen.
Contaminación lumínica
Las grandes ciudades y algunas áreas suburbanas generan contaminación lumínica por la noche. Las regiones oscuras más alejadas de estas fuentes de luz son mejores para observar los objetos más tenues del universo.
Viento
El viento choca con el telescopio haciendo que las imágenes pierdan calidad por la vibración. Áreas con vientos suaves y telescopios optimizados para controlar el viento son mejores para el rendimiento óptico.
Temperatura extrema
Cambios extremos en la temperatura durante la noche pueden distorsionar la forma de los espejos de un telescopio y disminuir la calidad de la imagen, por lo que áreas con climas estables son mejores para la calidad óptica.

Chile es una potencia astronómica

Chile es un lugar especial. Además de ofrecer una visión privilegiada a través de la atmósfera de la Tierra, la ubicación del Telescopio Magallanes Gigante en el hemisferio sur entrega a los astrónomos una observación directa de muchos objetos celestes de interés científico. Esto incluye el centro de la Vía Láctea, el agujero negro supermasivo más cercano (Sagitario A*), la estrella más cercana a nuestro Sol (Proxima Centauri), las Nubes de Magallanes y muchas las galaxias y planetas más cercanos. Esto es también, en parte, la razón por la cual el cielo del Sur es el emplazamiento de varios de los telescopios más grandes que existen en el planeta, como el Atacama Large Millimeter/submillimiter Array (ALMA), el radiotelescopio más grande del mundo que estudia luz desde los objetos más fríos y antiguos del universo. Además, muchos de los telescopios espaciales más avanzados, como el Telescopio Espacial James Webb (JWST por sus siglas en inglés), tienen como parte de su misión científica apuntar al cielo del Sur. El Telescopio Magallanes Gigante tendrá la oportunidad de coordinar sus esfuerzos científicos con los de telescopios terrestres y espaciales que observan en diversas longitudes de onda, contribuyendo a consolidar a Chile como la ubicación ideal para observaciones astronómicas sinérgicas y descubrimientos de alto impacto.
Considerado un polo astronómico a nivel mundial, Chile favorece colaboraciones científicas sinérgicas entre los telescopios existentes, universidades internacionales y comunidades locales. La colaboración internacional ha impulsado el conocimiento que se requiere para construir, operar y mantener los telescopios más avanzados que la ingeniería ha podido crear. Los grandes proyectos científicos, como el Telescopio Magallanes Gigantes, se sustentan en sólidos consorcios internacionales que la sociedad chilena ha acogido con generosidad. A esto se debe, en gran parte, que la mayoría de los telescopios más avanzados del mundo se sigan construyendo en el país. La relación de Chile con la astronomía ha beneficiado la investigación en este campo que realizan las universidades chilenas y ha contribuido a crear puestos de trabajo de alta especialización.

Iniciativas de amplio alcance en Chile

El Telescopio Magallanes Gigante es uno de los observatorios en Chile que más apoya la educación, el acceso a la investigación y la astronomía inclusiva. Aquí presentamos algunas de las iniciativas que llevamos adelante:
  1. Educación escolar
    Liderado por nuestra oficina en Chile, hemos desarrollado un programa de educación basado en la indagación que da a acceso a estudiantes chilenos a contenidos específicos de astronomía. En colaboración con EcoScience y la Embajada de los Estados Unidos en Chile, y el apoyo del Ministro de Ciencia de Chile, hemos construido y equipado un Laboratorio Móvil de Astronomía que tiene como objetivo acercar la astronomía a las escuelas más aisladas y vulnerables del país. Este laboratorio itinerante, único en su clase, incluye un planetario inflable y un telescopios portátil para ofrecer a los estudiantes una experiencia motivadora.
  2. Educación inclusiva
    La astronomía puede ser considerada una ciencia visual. Para acercar el mundo de la astronomía a personas con discapacidad visual y sus comunidades en Chile, nos asociamos con el Planetario de Medellín (Colombia) para replicar la mochila llamada "Universo con Todos los Sentidos", un set de materiales táctiles que incluye modelos a escala de los planetas del Sistema Solar, varios tipos de estrellas y otros objetos celestes. Este material inclusivo ya esta disponible para producción local y ha inspirado la creación del Manual del Astronomía Inclusiva para profesores, desarrollado por el Telescopio Magallanes Gigante y la consultora en educación e innovación AP21, con el apoyo de las principales instituciones astronómicas presentes en Chile que trabajan por una educación más inclusiva de la astronomía. El Manual es un recurso innovador y gratuito que permite a los profesores utilizar la astronomía como vehículo de inclusión, diversidad y educación científica de calidad.
  3. Relaciones gubernamentales
    Operamos en Chile bajo un acuerdo de cooperación con la Universidad de Chile. El gobierno de Chile ha reconocido este acuerdo a través de un decreto presidencial registrado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

    Mantenemos una estrecha relación con varias instituciones gubernamentales en Chile para coordinar acciones en relación a la protección de los cielos oscuros. Somos miembros del directorio de la Fundación Cielos de Chile (FCC), y colaboramos con la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS), la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Medio Ambiente (MMA).
  4. Investigación en Universidades
    El Telescopio Magallanes Gigantes ha llegado a un acuerdo de investigación con la Universidad de Chile para proporcionar 10% del tiempo de observación a los astrónomos que trabajan en instituciones chilenas. También patrocinamos actividades de investigación académica y participamos activamente en comités de universidades.
  5. Economía local
    La construcción del Telescopio Magallanes Gigante crea cientos de puestos de trabajo locales y promueve el desarrollo científico en la universidades chilenas.
  6. Preservación de los cielos oscuros
    La preservación del incomparable cielo de Chile (no solo en cuento a claridad, ausencia de nubes y estabilidad, sino también en oscuridad) es esencial para que continúe siendo el mejor lugar del mundo para la astronomía. El Telescopio Magallanes Gigante es miembro fundador de Fundación Cielos de Chile (FCC), una organización dedicada a proteger los cielos oscuros del desierto de Atacama. También somos colaboradores de la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile (OPCC), ahora reestructurada para ser la rama técnica de la FCC. En conjunto con instituciones gubernamentales, la FCC y la OPCC trabajan para establecer mejoras periódicas de la Norma Lumínica, cuerpo legal que regula la iluminación pública y de espacios abiertos, y que fija las emisiones amigable con la astronomía en cuanto a cantidad de luz y a intervalo espectral. La nueva Norma contempla mayores restricciones en las zonas cercanas a los observatorios astronómicos.

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